Las proteínas son bio-moléculas compuestas por cadenas lineales de aminoácidos, que son el principal nutriente para la formación de los músculos del cuerpo, y en general para mantener y dar la energía bioquímica para las células que dan la vida a todo organismo vivo.
Las proteínas, además de carbono, hidrogeno y oxígeno, contienen nitrógeno, a diferencia de lo que ocurren con los hidratos de carbono y las grasas. Esta es una de sus características fundamentales. Las unidades básicas de las proteínas son unas pequeñas estructuras llamadas aminoácidos. La unión y las diferentes combinaciones entre unos 20 aminoácidos diferentes dan lugar a los miles de proteínas distintas que existen en el organismo.
Desde un punto de vista nutricional, más que establecer una clasificación de los distintos tipos de proteínas, interesa la clasificación de los aminoácidos que las constituyen.
La clasificación fundamental es la que divide a estos en no esenciales y esenciales o, lo que es lo mismo, en los que el organismo puede o no sintetizar.
Así pues, los aminoácidos esenciales son aquellos que los organismos no pueden elaborar y que por consiguiente necesita incorporar del exterior, son por esta razón los grandes protagonistas del aporte proteico.

Se ha considerado tradicionalmente que son ocho: fenilalanina, Isoleucina, leucina, lisina, metionina, treonina, triptófano y valina. Se ha asumido clásicamente que un noveno, la histidina, resulta esencial en los niños, pero informaciones más recientes han planteado la posibilidad de que también lo sea para los adultos.
Los diferentes alimentos presentan distintas proporciones de aminoácidos y, en consecuencia, sus aportes de aminoácidos esenciales son también distintos.
En este sentido, es bien sabido que las proteínas procedentes de alimentos de origen animal presentan un perfil de aminoácidos esenciales mucho más completo, mejor adaptado a nuestras necesidades, que el que ofrecen las proteínas presentes en los alimentos de origen vegetal.
Esta es la razón por la que se establece la clásica clasificación entre proteínas animales y vegetales, como las de cereales y legumbres, pueden dar lugar a una proteína completa que aporte todos los aminoácidos esenciales en cantidades apropiadas.
Función de las Proteínas.
Si bien las proteínas pueden proporcionar la misma cantidad de energía que los hidratos de carbono, es decir, 4 Cal/g, su principal función no es servir de combustible. Los aminoácidos que proporcionan las proteínas alimentarias son utilizados por las células para construir nuestras propias proteínas, que participan en multitud de funciones vitales. Así, intervienen en la formación de las defensas corporales frente a agentes extraños o transportan determinadas sustancias por la sangre o a través de las membranas de las células.
Además, las hormonas, como la insulina, son de naturaleza proteica, mientras que muchas proteínas forman parte de estructuras corporales como la piel, los huesos, los tendones y el cartílago, y existe un tipo particular de proteínas, las enzimas, que son indispensables para que se produzcan muchas de las miles de reacciones químicas que acontecen en nuestro medio celular. Asimismo, las proteínas intervienen en fenómenos tan importantes como la contracción muscular que garantiza el movimiento o el proceso de coagulación de la sangre que impide que se produzca una hemorragia tras la lesión de un vaso sanguíneo.
Necesidades y recomendaciones.
¿Cuáles son nuestras necesidades reales de proteínas? Este es uno de los interrogantes que más debate ha provocado en el ámbito de la nutrición. En general, se acepta para los adultos 0.8 g por kg de peso corporal ideal y día. Así, una mujer que pese 60 kg debería incorporar a diario 48 g de proteínas. En la práctica es muy frecuente, sin embargo, que este valor propuesto aumente a 1 g, con lo que, siguiendo con el ejemplo, se alcanzarían 60 g diarios. Es muy importante señalar que el peso corporal de referencia para el cálculo de las necesidades proteicas no se corresponde con el peso actual cuando este no se encuentra entre los márgenes de lo que se considera el peso ideal de la persona, atendiendo a características como el sexo y la constitución física.
Fuentes Alimentarias Que Aportan Proteínas.
Son muchos y muy variados los alimentos que pueden proporcionar cantidades importantes de proteínas, los cuales se relacionan en la tabla incluida al final de este apartado. En nuestro modelo alimentario convencional, las proteínas provienen principalmente de alimentos de origen animal, como carnes, pescados, huevos y productos lácteos, y de alimentos de origen vegetal, como cereales y legumbres; En las últimas décadas, y dado al incremento del consumo de alimentos como carnes y lácteos, la disminución en la ingesta de legumbres y pan, el protagonismo del aporte proteico se ha desplazado de los alimentos vegetales a los animales.
Las proteínas animales poseen un contenido en aminoácidos esenciales que se acerca más a nuestras necesidades, mientras que las vegetales suelen contener uno o más aminoácidos esénciales en cantidades bastante reducidas; este es el caso de la lisina en los cereales y la metionina en las legumbres.
Sin embargo, debe tenerse en cuenta que habitualmente no comemos los alimentos solos, por separado, sino que en nuestras comidas se da la combinación de diferentes alimentos y que, de esa forma, las distintas fuentes de proteínas pueden llegar a complementarse.
Dicho de otra manera, la combinación de las proteínas de dos alimentos puede dar lugar a una proteína de mejor calidad que la que ofrecen estos mismos alimentos si se consumen por separado. Uno de los casos más estudiados al respecto es de las legumbres y los cereales que, cuando se comen conjuntamente, por ejemplo arroz con lentejas, proporciona una proteína con un mejor aporte de aminoácidos esenciales que cuando se consumen por separado.

Desequilibrios y consecuencias de deficiencias de Proteínas.
Aunque es un tema controvertido a menudo se ha apuntado que la ingesta excesiva de proteínas puede tener repercusiones para algunos tejidos y órganos como el hígado, los riñones y los huesos, lo que esta fuera de toda duda es que dicho exceso carece de toda utilidad, dado que las proteínas no pueden acumularse como tales en el organismo.
A demás, tomar más proteínas de las necesarias no presenta ninguna ventaja y si potenciales problemas. Este es un tema de gran interés, debido a que en los países ricos el exceso de proteínas es uno de los desequilibrios nutricionales más frecuentes, constituyendo un gran despilfarro económico y metabólico.
Son habituales los casos en los que se toman el doble, o incluso más, de las proteínas que verdaderamente el cuerpo necesita, lo que se debe, fundamentalmente a la ingesta excesiva de alimentos de origen animal.
Por otra parte, las deficiencias en proteínas, habituales en los países en via de desarrollo, tienen, dada la importancia de las funciones de las mismas, unas consecuencias muy negativas, comprometiendo seriamente la salud y la vida. Conoce NBN LIVING, empresa Mexico-America con exclenetes productos para la salud: https://www.angelomatiasortiz.com/nbnliving/